Talleres de felicidad, bienestar corporativo, salario emocional… términos que son cada vez más comunes de escuchar en el ámbito empresarial, incluso el gobierno ya se ha incluido en la conversación del tema con la liberación de la NOM-035. Pero, ¿qué tanto realmente se están tomando cartas en el asunto?, ¿estamos hablando de términos que están de moda? o ¿realmente estamos presenciando un cambio cultural? En lo personal y en mi experiencia, me inclino más por la segunda.
Sin embargo, apenas estamos presenciando el inicio de la transformación de las organizaciones a este nuevo enfoque de empresa. ¿Cuántas empresas podemos pensar que consideran dentro de su misión el contar con colaboradores felices? Y si no está dentro de su misión o plan estratégico, ¿de dónde saldrá la iniciativa para llevar a cabo los cambios que se requieren?
Creo que aquí es el punto en donde se encuentran la mayoría de las empresas. Ya sabemos la importancia, ya decidimos hacerlo parte de nuestra empresa, sin embargo ¿por dónde empezar? ¿Cómo asegurar que las acciones no se queden en un taller, en una plática, sino que permee en la cultura de la empresa?
Ahí está parte de la respuesta. La cultura de la empresa tiene que estar tan clara y tan bien definida, que sea la raíz que generará todas las ramas necesarias para que el enfoque al bienestar del colaborador se viva y se palpe en el día a día. De nada sirve tener todas las certificaciones del mundo, si no logramos que el colaborador realmente se sienta orgulloso y feliz de formar parte de la empresa, pero sobretodo que esto se vea reflejado en sus resultados.
Como recomendación, es iniciar a estructurar el mapa de cultura alineado a la estrategia de la empresa. Dentro de esta estrategia considerar que uno de sus pilares esté enfocado al bienestar del colaborador. Una cultura con estrategia, será un terreno fértil donde cada quien hará su trabajo motivado para que la empresa logre sus objetivos en armonía y con menos esfuerzo.