En un mercado donde la oferta educativa es amplia y variada, la competencia por el número de inscripciones se vuelve un reto para las instituciones educativas. Una de las preguntas fundamentales a realizarse cuando se esté planteando la estrategia de mediano y largo plazo, es poder responder, ¿Qué nos distingue hoy como institución educativa? y ¿Qué queremos que nos llegue a distinguir?
Uno de los puntos a tener en cuenta para llegar a la respuesta de la segunda pregunta es, ¿Cuál buscamos que sea el perfil de nuestros egresados? ¿Qué características lo van a distinguir? ¿Qué valores, habilidades y conocimientos buscamos que tengan? ¿Qué necesita la sociedad de nuestros egresados? ¿Hacia dónde apuntan las necesidades personales y profesionales para desarrollarse con éxito?. Una vez teniendo mayor claridad a lo anterior, es importante cuestionar si nuestra misión está alineada a las respuesta del último punto, y en caso de que no, realizar los ajustes necesarios para empezarnos a alinear. Y lo mismo aplica para el modelo educativo y el modelo operativo (procesos, gestión y capital humano), alinearnos se vuelve el camino para asegurar que lo logremos.
Por ejemplo, si queremos desarrollar la innovación, que conocimientos y materias vamos a incluir en nuestro plan de estudios y que ajustes haremos a nuestro plan de negocios para que contribuyan con este objetivo.
Al realizar estos ajustes nos aseguraremos que nuestra misión se está ejecutando, por ejemplo: ajustes al plan de estudios, ajustes al contenido, ajustes al calendario, ajustes a la forma de impartir el contenido, ajustes a la forma de revisar y/o auditar que se cumpla con lo establecido, incluso hasta ajustes al perfil de los maestros y/o necesidades de capacitación de los mismos para acercarnos lo más posible a convertirlo en una realidad.
El tener la claridad de lo anterior y ejecutarlo de manera organizada, nos llevará a una estandarización operativa de nuestro modelo educativo, donde el perfil de nuestros egresados será evidente. Migraremos a una alineación integral de lo que están aprendiendo y cómo se están desarrollando para dejar atrás el método donde el maestro por sí solo define varios de los puntos de ejecución del modelo educativo.
Responder estas preguntas y ejecutar los ajustes se vuelve de vital importancia, ya que los logros y desarrollo de los egresados se convertirán en nuestra carta de presentación para la atracción futura de nuevos alumnos y será la manera de trabajar hoy en nuestra permanencia a través del tiempo. En el mediano y largo plazo, la congruencia y alineación de estos puntos nos hará lograr nuestro propósito y será la mejor manera de crecer.
Finalmente, recordar que esta definición no es estática, si bien hay que hacerlo de manera correcta para evitar grandes ajustes en el corto plazo, eventualmente la misma evolución natural de la sociedad y del mundo, nos llevará a ir evolucionando el perfil de egresados que queremos que nos distingan.